MI PARAÍSO...

MI PARAÍSO...
Es ese lugar para soñar...al atardecer, viendo las puesta de sol en las largas y cálidas tardes de verano, a la sombra de la parra, degustando lo que cada uno quiera. Relajados sobre una mullida manta extendida sobre la yerba. En las cómodas tumbonas y hamaca, a la luz de las velas, con buena música, o escuchando el silencio, o los sonidos de la naturaleza. DISFRUTANDO.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

JOSÉ FERNANDO FEITO TALADRID, UN HOMBRE CON VISIÓN DE FUTURO. Parte I



   Al igual que el resto de emigrantes, aunque les fuese muy bien “haciendo las Américas”, él, José Fernando Feito, también añoraba su tierra y a sus gentes. Tal vez por ello dio sobradas y repetidas muestras de su carácter altruista y extremadamente generoso, con su pueblo natal y con sus vecinos y familiares.
   Cuando contaba solo 3 años, sería de los pequeños de 4 hermanos, su padre emigró a Cuba, dejando a toda la familia en Caunedo. En cuanto la situación económica se lo permitió, regresó para llevarse con él a su esposa y a sus cuatro hijos. ¿Qué pasaría por aquellas 4 mentes infantiles, en aquel eterno viaje?.
  El pequeño José Fernando debió tener el tiempo justo para corretear por los caminos de Caunedo y descubrir cada resquicio del mismo. ¿Subiría a Fuexo alguna vez? ¿Iría tras los vaqueiros,  arriba o abajo?. Ese escaso, pero, vital tiempo de disfrute, no le impidió que sus raíces quedaran ancladas aquí.
   Se formó, y forjó un prometedor futuro laboral, en la bella isla caribeña (entonces mucho más bella que ahora). Próximas a él crecerían Palmeras barrigudas,  plantaciones de tabaco, y mucha caña de azúcar (seguramente bebería el rico Guarapo alguna vez).     Eran los negocios florecientes en la bella isla, pero él, al igual que su padre, se dedicó a los negocios de ferretería, llegando a ser el suyo el segundo más importante de Cuba. Era además socio de Batista, lo que a su vez resultó nefasto para su futuro tras la llegada de Fidel al poder. Pasó de vivir con toda seguridad, en un lugar hermoso como puede ser El Vedado, y disfrutar mágicos atardeceres en los jardines del Hotel Nacional con vistas al Malecón en la bella Habana, o pasear por Varadero (la playa a la que todos los exiliados desean volver), a vivir 2 años en prisión, PORQUE SÍ.
   De allí pudo salir a Miami, lugar en el que terminó sus días,  como tantos otros, afortunadamente; y como todos ellos, dejando atrás toda una vida: trabajo, negocios, familia, casa, amigos..,.
Siempre tuvo tiempo para volver a sus orígenes (a veces mentalmente) y las pruebas de ello, siguen siendo visibles hoy día, seis-siete décadas después.
   Entre las muchas cosas que hizo por su tierra natal, hay una a la que tal vez encontrase muchas reticencias: sacar todos los “cucheiros” del pueblo. Hoy, con media docena de ganaderos, sería mucho más viable; hace 60-70 años, cuando eran muchos más vecinos en el pueblo y todos vivían de las vacas y de lo que cultivaban, el cucho tenía otro valor, pues servía para abonar las tierras que luego producirían grandes cosechas con las que alimentar a las familias. (Involuntariamente ya había ocurrido, cuando en mil ochocientos.., el lago que había en Fuexo se desmoronó ladera abajo, llevándose todo  por delante. Temporalmente se trasladaron a la ladera de enfrente, al sol, hasta que reconstruyeron Caunedo de nuevo).
   Desde su perspectiva, al vivir en la permanente primavera cubana, rodeado de belleza, color y agradables aromas, es fácil entender su esfuerzo, y mérito tiene por haberlo logrado.
   La muestra más visible y llamativa de su generosidad, es la escuela de Caunedo, hoy rehabilitada y dedicada a museo, lo cual garantiza la supervivencia del magnífico edificio y, su continuado uso como centro educativo. Lo que él soñó y creó. Aunque de forma diferente, SU ESENCIA PERMANECE.






   Una de las aulas de la escuela se conserva tal cual, con sus hermosos pupitres, su suelo de bellas baldosas hidráulicas, enormes ventanales al sur, y la magnífica BIBLIOTECA,  cuyas estanterías  estaban repletas de libros para los niños. En el espacio reservado a cada uno de los 15 niños que a la vez podían utilizarla, había una máquina de escribir...Algo impensable en cualquier escuela en la década de los 50. (Yo no había nacido todavía; recuerdo los primeros años en mi escuelina del Coto, a finales de los 60, con la pequeña pizarra en la que escribía.., y nunca olvidaré mi primera libreta y mi primer estuche LLENO de colores, que los Reyes Magos me trajeron. Gracias a mis padrinos)
   Si el tamaño y belleza del edificio sorprenden, las chimeneas de leña realizadas en piedra y abiertas a 2 estancias diferentes en el medio de la casa, y con el tubo de humos dando calor al piso superior, al lado del cual se une otra chimenea idéntica.., demuestran una vez más, que siempre hubo mentes privilegiadas.
   Además de escuela para niños y niñas, el edificio albergaba un espacio para dar clases a adultos de, Gúa, Caunedo, El Llamardal y La Peral, en horario de tardes y noches. En el sótano hicieron un taller de carpintería, en el que podían aprender los vecinos que quisieran, a trabajar y tallar la madera.
   Su intención era hacer una plantación con diferentes tipos de árboles, y crear una fábrica de muebles en el pueblo, que diese trabajo a los habitantes. Para ello empezó por la base, formando a las personas.
   Construyó una casa para vivienda de los maestros, con un coste de 118.634 pesetas, que pagó íntegramente de su bolsillo, al igual que el de la escuela, 348.353,64 pts, presupuestadas.
   Creó un Patronato que él mismo financiaba, a través del cual, pagaba un sobresueldo a los maestros para que impartiesen toda la formación complementaria.
   José Fernando Feito tenía las ideas muy claras y, no dudó en aportar los recursos necesarios para llevarlas a cabo.
   No fue solo un gran mecenas para su pueblo. Su gran corazón lo llevó mucho más lejos. Cada Navidad, enviaba desde Cuba paquetes con regalos a todas las casas del pueblo; con todo tipo de detalles y regalos; ropa, calzado, juguetes.., una bufanda si sabía que en una casa había una persona mayor con catarro.., cualquier cosa que él supiese pudiesen necesitar. etc…

   Múltiples detalles con sus paisanos, y múltiples muestras de su generosidad. Es lo que refleja la expresión de su cara en las fotos:    Felicidad por estar con los suyos, alegría, humildad, bondad, ternura en su mirada, tras los espejuelos.., un corazón inmenso.




   Aunque en aquellos años el Ayuntamiento le reconociese su gran aportación, y, hoy día ello sea visible en el propio museo, siento que falta algo. Faltan ese agradecimiento y reconocimiento públicos y permanentes, `por parte de todos. Es de bien nacidos ser agradecidos, se dice. En mi humilde opinión JOSÉ FERNANDO FEITO, se merece un monumento en el pueblo, o que la plaza del mismo lleve su nombre. Que se le recuerde siempre y todos sepan lo que hizo. Es más, además de ese reconocimiento, yo invitaría a sus descendientes, hijos y nietos, a venir a la tierra de sus antepasados y que conociesen lo que él hizo por su pueblo. Vincularles a sus orígenes y que viesen el cariño y agradecimiento de la gente y entendiesen las razones por las que él hizo todo eso.

   Qué bien nos vendría hoy un nuevo José Fernando Feito, una persona con su VISIÓN DE FUTURO, y una Fundación o Patronato de carácter cultural y social que velase por tanto PATRIMONIO  que tenemos, y por las personas.

Uno de nuestros más ilustres somedanos,  un indiano de los que ya no quedan. Era un Feito:

Antes de que Dios fuera Dios
Y el sol diera por los riscos,
Ya los Feitos eran Feitos

   Su biografía completa debería estar disponible aquí. Al buscar en internet, aparecen solo breves e inconcisos datos. Su vida, como la de todos los emigrantes del pasado, daría para escribir un libro...Y el mejor lugar para ese libro-esos libros, son las estantes de la biblioteca que él creó. Sus 2 obras, juntas de por vida.

   Sé que mi blog es visto en Miami y en Hispanoamérica. Ojalá este pequeño homenaje llegue a sus descendientes.

sábado, 6 de diciembre de 2014

I CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN DE MUNICIPIOS DE MONTAÑA

   Se celebró en Pola de Somiedo los días 3, 4 y 5 de Diciembre, con gran afluencia de visitantes procedentes de todo el territorio nacional.





    Se mostraron buenas y claras propuestas de gestión de estos territorios, algunas con ejemplos que se están aplicando en Francia, y expuestas por expertos franceses. Lo cierto es que en ese país son 3 los grandes macizos; aquí tenemos muchos más, y, la gestión desde esa perspectiva, aunque bonita, en el caso de la Cordillera Cantábrica creo que no va a ser fácil implantarla; si ya nos cuesta entender y asumir la pertenencia a una comarca, creyendo que no tenemos nada que ver con otros municipios incluídos en la misma y relativamente distantes, pretender unir fuerzas entre habitantes de toda la Cordillera, cuan larga es, abarcando diferentes comunidades y provincias, se me antoja algo complicado. Pero estamos empezando, y me parece muy importante y positivo que el comienzo haya tenido como escenario a Somiedo. 
   Como siempre digo, estamos en el centro, en el corazón de la Cordillera.



    Queda mucho camino por recorrer, y serán muchos los que deban "caerse del guindo". 
  No cabe duda que una población de 5 millones de habitantes, suministradora de tantos bienes y servicios al resto de la población, debiera ser tenida en cuenta en muchos aspectos.


En el siguiente enlace pueden verse todas las ponencias:

http://readerasturias.org/noticias/show/los-municipios-de-montana-urgen-politicas-contra-la-despoblacion-para-mejorar-su-competividad



sábado, 22 de noviembre de 2014

EL CORNÓN


   Situado, en y sobre Somiedo, en pleno corazón de la Cordillera Cantábrica, desde sus 2.194 metros (es nuestro sombrero) es visible media Cordillera: Desde las Ubiñas en Quirós, al pico Miravalles en Ibias, y, por supuesto, en días despejados en la costa, el mar Cantábrico.
   Me acerco a él desde diferentes ángulos, preparando el ascenso para el próximo verano. Cada día está más cerca.. Subiré (pisando flores) con la compañía de este loco virtuoso del violín:






   Salvar los 700 metros de ascenso desde El Puerto, durante 7 km, y coronarlo por su cara sur, para asomarse allá arriba y ver todo lo que desde él descendió a los tres valles somedanos: Las Cereizales, Trabanco y El Puerto, es un sueño largamente acariciado.



   Ver esos tres valles glaciares formados con las bestiales masas de calizas que se descolgaron y desparramaron por cada uno de ellos (algo caería por la vertiente leonesa) agolpándose en muchos lugares, dejando limpias y fértiles praderas en otros, y formando espectaculares tajos como los que se ven en La Peral, me convence de lo hormiguitas insignificantes que somos ante la naturaleza y su fuerza.


Ayer desde Vega Penouta

Desde El Rozu, en Septiembre



Desde Las Cereizales, en Octubre

Desde La Enfistiecha, en Septiembre

Desde El Páramo, en Septiembre

Foto realizada en Julio por Enrique Velilla. Gracias.






Foto realizada en Julio por Enrique Velilla. Gracias.



   Las aguas, que desde esa enorme masa piramidal manan y fluyen en diferentes lugares, se escurren de forma lenta al principio en las  pequeñas lagunas y meandros: Fuentes del Trabanco, y luego de forma precipitada y veloz hacia tres ríos: Pigüeña  y  Somiedo (con el río Trabanco como afluente), terminando en el Cantábrico, previo paso por La Malva y La Riera; y Bayo, primer afluente del Sil, que a través del Miño, lleva las aguas de Somiedo al Atlántico. 

Pequeña cascada  que se descuelga de Prefustes y Las Moruecas.


martes, 7 de octubre de 2014

TESOROS DE SOMIEDO

          Cuando D. Mario Roso de Luna escribió sobre la Vicus-Tara, bajo El Tarambico, ¿conocería la existencia de  tesoros como los que nos mostró el periodista suizo Isidoro Raposo el pasado día 19 de septiembre?:





           En dicha presentación, Isidoro nos habló de las más de 3 décadas de trabajos de investigación realizados por 80 espeleólogos de diferentes nacionalidades, entre ellos un español. Durante este tiempo, él cree que hayan podido conocer un 5% de lo que pueda haber en las profundidades somedanas. 300 y 400 metros descienden algunas veces, desde las simas que asoman entre los lagos, para moverse luego varios km bajo tierra. A veces totalmente agachados, adaptándose al terreno,  sorteando pozos, y ese gran río subterráneo que desciende hasta La Malva; otras veces, moviéndose por laberintos imposibles.., siempre a cuatro grados de temperatura, y,  perdiendo totalmente el contacto con el exterior durante los días que permanecen entre las perlas de caverna y  las estalactitas que vemos en las fotos. A 50 metros de profundidad desaparece el sonido del exterior, por lo que puede haber una gran tormenta fuera con el agua penetrando e inundando las galerías por las que se mueven, sin que se enteren hasta que se encuentran el agua al salir..


      Tanto por el grado de protección del Parque y la Reserva de la Biosfera, como por la dificultad de acceso al interior (apto solamente para expertos espeleólogos), es imposible que todos podamos ver lo que hay en el interior de nuestras montañas. Por ello considero fundamental, en primer lugar, reconocer y poner en valor su trabajo, y después "sacarlo a la luz" y darle difusión; que todos podamos conocer y disfrutar de esos tesoros escondidos.


    Dicha presentación, apoyada en vídeo y diapositivas, tuvo lugar en la jornada cultural previa a la VI edición de la fiesta de la Trashumancia, tras la presentación del libro ¡¡Cómo Semos!!:



    Para terminar la noche, como cada año, tiempo para charlar y compartir, acompañados de sidra, vino, y rico picoteo, gentileza de la asociación de hostelería a todos los asistentes.




       El sábado día 20, de nuevo subimos al magnífico enclave del lago de La  Cueva (con charcos rojos por el mineral de hierro que todo lo tiñe, hasta las perlas subterráneas), para celebrar la romería de la Trashumancia, sin pastor y sin rebaño de ovejas por segundo año, tras 7 siglos de Trashumancia, historia, tradiciones, cultura..., algo debemos estar haciendo muy mal para dejar que ésto se nos escape de las manos. El último reducto de pastores y ovejas en Asturias y, el único lugar de Somiedo, cuando todos los pastos de altura en los límites con León, acogieron ovejas en el pasado.., y un pastor que quiere venir y adora estar ahí arriba sólo, 3 ó 4 meses al año, y al que en mi opinión habría que  pagarle por hacer ese trabajo y que crease escuela...








       Lo más bonito de dicha fiesta era ver descender el rebaño de 1.300 cabezas y cómo se quedaban quietas en la orilla del lago mientras comíamos, para luego bajar a beber y de nuevo ascender a la montaña. El recurso y el espectáculo los tenemos ahí..



EL LAGO Y SU ENTORNO,
 CON OVEJAS, NO SON LO MISMO.





Observando uno de los 12 glaciares existentes en Somiedo



      Hubo pregón a cargo del alcalde de Oviedo; cambio de bastón y zurrón de un ilustre somedano a otro: Belarmino Feito pasó el testigo a Lino Gómez Feito; niños zagales; caldereta; muestras de teitado y, trilla en una provisional era  a 1.600 metros de altitud, en un lugar en el que probablemente nunca se haya cultivado cereal, y, fin de fiesta en la Pola con un magnífico recital a cargo de la Caravana del Verso, con poemas de Claudio Rodríguez.


Fue un buen fin de semana.


   Magníficas fotografías del fotógrafo Juán Carlos Arias. Experto en rocas, minerales, y profundidades de la tierra, entre otras muchas cosas. Gracias Juan.

domingo, 23 de febrero de 2014

CASAS Y CASONAS, Parte I



   Hace tiempo que quería escribir la hermosa y triste historia que dio lugar a la construcción de la casa que yo conozco como la de la tía Agripina, en Pola de Somiedo.

Construída "a mediados" de 1.800, aproximadamente.
Tal vez fuese entonces la mayor casa de la Pola, después del Palacio.


   Para ello debo retroceder un poco más en el tiempo. En "mil setecientos y pico", ahí llegué haciendo uno de mis árboles genealógicos, vivían en la casa de La Moral, en El Coto 3 hermanos: Pablo, Francisco y Javier García.

 Los 2 últimos, sacerdotes en la magnífica Iglesia Parroquial de San Martín de Leiguarda, en Belmonte de Miranda.



   

Construída en el siglo XV y ampliada posteriormente. Cuenta con 3 elementos destacados: La torre campanario, el claustro y la magnífica portada clasicista del Renacimiento, en la que destacan las jambas de sillarejo y el dovelaje maravillosamente trabajado con dovelas y clave en material noble y diferente al de las jambas, por lo que probablemente sea posterior. Y el magnífico Alfíz decorado con bolas de un gótico final o flamígero, que recuerdan a los apometados estilo Reyes Católicos.

Descripción de Luis Miguel Álvarez Menéndez.



   
Magnífico claustro abierto al Norte, en esta Iglesia Parroquial, situada a los pies de la Sierra del Courío, a la que pertenecen: Antoñana, Meres, Bello, Pando, Selviella, Modreiros, La Viña, La Forniella y Leiguarda.


Leiguarda, cabeza del concejo de Miranda de Abajo.
Curiosamente, en Leiguarda también hay una casa llamada La Moral.





   Pablo García (rubio, de ojos azules), heredero de la casa de La Moral, considerada de las más ricas del Coto, se casa con Anastasia Blanco, vaqueira del Puerto (eran mis tatarabuelos maternos).    Además de muy guapa y lista (estoy segura que tenía ambas condiciones) debió aportar una gran dote al matrimonio, de lo contrario no se hubiera casado una vaqueira "sin padre reconocido" de apellido Blanco, con un no vaqueiro y de casa bien, y teniendo además a 2 sacerdotes como cuñados. Ella tuvo que aportar con toda seguridad, el Pradón de Caunedo y las fincas en Leiguarda, que siguen en la familia.

   Anastasia y Pablo tuvieron 7 hijos; uno de ellos, Paulino, también sacerdote,  ejerció como sus tíos en la imponente Iglesia de Leiguarda y alguno de ellos en la de Santiago la Barca, ya que allí celebraron la boda de Plácido, hermano de Paulino. 


   Agripina, hermana de los anteriores, dicen que muy guapa (hija de Pablo el rubio de ojos azules y de la vaqueira Anastasia), se enamoró de Juan, de Urria, emigrante en Argentina, en uno de los viajes que él hizo de regreso. Se casaron rápido y se fueron los dos a América. 
Agripina llegó a Benos Aires viuda y embarazada, sola y en un país desconocido..
   Fue entonces cuando su hermana Dolores (mi bisabuela) casada con Marcelino, convence a su marido para que viaje a Argentina e intente ayudar a Agripina. (Dolores se queda sola en El Coto con 5 hijos: Mi abuela Rosario, Benjamín, Matías, Servando y Aquilino; los dos últimos emigrantes a Cuba) Pronto se supo que Agripina la cual ya tenía una niña, tiene ahora un hijo  llamado Pablo, con Marcelino, su cuñado. Todo esto en una familia en la que 1 hermano de ella y 2 tíos eran sacerdotes. 
   Prepararon el viaje de regreso de los 4, y para que nadie les viese llegar juntos y con los 2 niños, llegaron al Coto caminando por la braña de Momián, y a casa de mi bisabuela Dolores (esposa y hermana). En ella vivieron todos hasta que el hermano y los tíos sacerdotes hicieron la casa de la Pola que aparece en la foto. A ella bajó a vivir (y a trabajar en la pensión que le pusieron) Agripina, acompañada de sus 2 hijos. Pablo regresó a Argentina. Desde allí vino su hijo Alberto, para vender la casa de la plaza que hoy pertenece a la familia de Silvino. Agripina hija, heredó la casona de la Pola y ya casada con Emilio, del Palacio de Almurfe, la vendió.

Me siento  orgullosa de descender de una VAQUEIRA, ANASTASIA. 

sábado, 22 de febrero de 2014

FLORES Y PLANTAS SOMEDANAS

JARDÍN ÚNICO

Jardinera natural caliza situada a 1.500 metros de altura con orientación Sur. En ella nacen y se desarrollan de forma autosuficiente, plantas, musgos y líquenes.